viernes, 14 de agosto de 2015

El conejo blanco



Salió del portal de casa con paso acelerado y los ojos fijos en el teléfono móvil, como cada día a la misma hora. Su andar rápido recordaba al conejo blanco del cuento de Lewis Carroll. Le gustaba pensar que podía controlar el tiempo, había descubierto una aplicación de móvil con la cual podía saber cuando pasaba el bus por parada que tenía a escasos 50 metros de su portal. De esta manera le daba la sensación de aprovechar hasta el último minuto.

En casa no tenía cobertura y esto originaba un alud de notificaciones, whatsapps y mensajes en su terminal en cuanto ponía un pie en la calle. Mientras andaba rápido hacia la parada del bus su teléfono móvil no paraba de sonar. Iba con el tiempo justo, como siempre. Contestaré los mensajes cuando haya subido al bus, pensó.

Continuará...


Alicia: ¿Cuánto tiempo es para siempre?
Conejo blanco: A veces, sólo un segundo.










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